La generación de 1987 ha sido una de las que más ha aportado
al fútbol profesional. Algunos ejemplos de ese gran año de futbolistas son
Gerard Piqué, Esteban Granero o José Callejón. De ella también forma parte, el
protagonista de esta semana en Minuto 91: Alberto Lora. Natural de Móstoles, el
actual jugador del Sporting de Gijón formaba parte de uno de los mejores
equipos de La Fábrica madridista, el Juvenil A entrenado por Alejandro
Menéndez. Ese equipo lo formaban entre otros, Antonio Adán, Jordi Figueras,
Esteban Granero, Pedro Mosquera, Juan Mata, Alberto Bueno o Lora. Esa
temporada, Lora tuvo el primer cambio de posición de su carrera deportiva: de
ser un técnico delantero que aprovechaba su calidad y su picardia, pasó al
centro del campo del equipo para organizar el juego. Su adaptación fue tal, que
el equipo llegó, bajó su jerarquía, a ser campeón de Liga, de la Copa de
Campeones y llegar a las semifinales de la Copa del Rey de la categoría. De esa
época proviene su apodo de “La cobrita”.
Su paso natural era ascender al Real Madrid C junto al resto
de sus compañeros, pero el destino hizo de las suyas y el Sporting de Gijón se
cruzó en su camino. Entrenaba con el primer equipo pero jugaba en el filial,
consiguiendo el ascenso a Segunda División B. Sus grandes partidos, provocaron
que poco a poco contara más para el primer equipo, siendo uno de los jugadores
de recambio más utilizados. En ese momento, el destino o más bien Manolo
Preciado, se cruzaron en la carrera deportiva de Alberto Lora, porque de ser un
delantero goleador a un mediocentro creativo, retrasó su posición a la defensa
para convertirse en lateral derecho. No hicieron falta muchas pruebas, y de
nuevo, la adaptación a la nueva posición fue perfecta, convirtiéndose en
indiscutible en poco tiempo.
Ahora, tras el descenso, Lora es una de las voces más
escuchadas en el vestuario rojiblanco. Es uno de los líderes pese a sus 25
años, y lo demuestra en cada declaración ante los medios, pese a la irregular
marcha del equipo: “Estamos a una distancia del playoff que ni mucho menos es
insalvable. Tenemos que convencernos todos de que podemos hacerlo. Estoy seguro
de que lo vamos a sacar adelante y que al final estaremos con los mejores”.
Ahora, tras volver al once inicial y superar las lesiones
que le han impedido disputar más partidos, Lora tiene entre ceja y ceja conseguir
el gran objetivo del Real Sporting de Gijón, que no es otro que volver con los
mejores. Y lo hará, como siempre ha hecho, picando cual cobra, poniendo
todo el esfuerzo a disposición del equipo y dando el 120 por ciento.
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