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Jugadores del Atético de Madrid celebrando la Supercopa / rtve.es |
Tan
fácil y a la vez tan difícil. El Atlético de Madrid volvió a dar anoche una auténtica
lección de fútbol total. El conjunto madrileño de la mano de un soberbio Falcao
se lleva para casa la Supercopa de Europa después de deshacerse del
todopoderoso Chelsea inglés. Al equipo de Abramovich esta vez no le bastó con
los millones y se va para casa con las manos vacías de gloria y llenas de preocupaciones
por su pobre juego.
El
resultado una mera anécdota. Los cuatro goles que le endosó el conjunto de
Simeone al de Di Matteo son el fruto de un partido casi redondo. El gol de
Cahill en una jugada a balón parado servía únicamente para poner la guinda a un
pastel que los bleus no se iban a
comer. El partido en ese momento estaba más que decantado del lado rojiblanco
que ya había visto los tres tantos de Radamel Falcao y el del central Miranda.
El encuentro estuvo protagonizado por el buen hacer de los del “Cholo” que
anularon desde el minuto uno al equipo londinense que vivió en sus propias
carnes la impotencia de aquel que quiere y no puede. Y es que la presión a lo
largo y ancho del verde que ejercieron los colchoneros fue motivo más que
suficiente para desesperar al Chelsea. Además, Mata, Torres y compañía no
pudieron contar con el jugador que el año pasado les catapultó a lo más alto
del continente europeo, Didier Drogba.
Uno que
no estuvo y otro que siempre llega. El colombiano Falcao es todo un experto de
finales. Final que juega, final que gana y golea. Su hat-trick de hoy es el vivo ejemplo de la magnitud de jugador del
que hablamos. Como bien se le conoce, el “Tigre” esperó agazapado a que su
presa mostrara el más mínimo resquicio de debilidad para atacar sin piedad allí
donde otros nunca llegan. Por eso y por unas cuantas razones más, el delantero
atlético es considerado uno de los mejores del mundo en su posición. Anoche
volvió a dar motivos para que se le siga teniendo muy presente en el panorama
futbolístico europeo.
Sublime.
Apenas 45 minutos le bastaron para mostrar al mundo su calidad. En ese tiempo
fue el autor de tres goles y de un palo que podía haberle colocado como el único
jugador en conseguir esa marca en una final de Supercopa de Europa. El primero
y el tercero fueron tantos de matador de área, mientras que el segundo fue la
especialidad de la casa: recorte hacia dentro y balón a la escuadra. Para ese
instante los pupilos de Di Matteo estaban KO y deambulaban por el terreno de
juego sin posibilidad alguna de disputarle el partido al equipo de la capital
de España.
La idea
era clara y concisa: “las finales no se eligen, se juegan y se ganan”. Esa era
la máxima que Simeone lanzó un día antes del gran día. Y con esa actitud
salieron sus jugadores al verde. Ellos ya ganaban el partido en lo psicológico
desde mucho antes que el árbitro hiciera sonar el pitido inicial. En eso, el ex
jugador argentino es dueño y señor. Motivación, garra, sentimiento y fuerza es
lo que le transmite a los suyos y así lo lleva haciendo desde que llegó. La
simbiosis que guarda con la afición es un punto más a destacar en su trabajo
diario y que anoche volvió a mostrar con continuas peticiones de apoyo.
Y así pasó
el Atlético de Madrid por Mónaco para dejar su sello y para firmar su cuarto título
continental en algo más de dos años. Nadie, nadie excepto el FC Barcelona ha
conseguido semejante machada. Por eso, por acabar con un grande de Europa como
lo hizo anoche, por pasear por el Viejo Continente sus colores rojo y blanco,
por brindar al mundo los cánticos colchoneros, hoy celebramos que el Atlético
vuelve a su sitio. El Atleti del Cholo y de Falcao; el Atleti de Adrián, de
Courtois, de Arda; pero sobre todo, el Atleti de los atléticos mañana será
protagonista absoluto de aquellos titulares de donde nunca debió salir. ¡Enhorabuena
campeón!
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